Tarzán: La Savia Salvaje de Buscema
En la jungla de los cómics clásicos, pocos artistas lograron capturar la esencia cruda y visceral de Tarzán como John Buscema. Entre 1972 y 1974, el maestro del lápiz —célebre por su trabajo en Conan y Los Vengadores— llevó al Señor de los Monos a terrenos gráficos inexplorados: músculos que parecen tallados a machete, selvas que transpiran peligro y una violencia elegante, casi coreográfica.
Su etapa en Tarzan (publicada por Marvel bajo el sello Savaged Land) no fue solo adaptación: fue una reinvención del mito, donde cada viñeta olía a tierra mojada y sangre fresca.
El Trazo que Rugía !
Buscema evitó el Tarzán pulido de Hollywood para entregar un héroe animalístico pero noble, con una anatomía que mezclaba la ferocidad de un felino y la gracia de un bailarín.
Sus páginas respiraban movimiento: lianas que se estiraban como tentáculos, leopardos que saltaban fuera del marco y combates donde cada golpe se sentía en los huesos. Sin duda relatos con aventuras salvajes.
Influenciado por Hal Foster (el padre del cómic de Tarzán), Buscema añadió sombras densas y fondos opresivos, convirtiendo la jungla en un personaje más.
Más Allá del Mito …
A diferencia de versiones anteriores, Buscema humanizó al rey de la selva sin domesticarlo. En historias como «The Hell-Jungle» o «The Moon of Blood», exploró su soledad existencial —un tema recurrente en su obra— y su conflicto entre dos mundos. Hasta los villanos (cazadores, tribus perdidas, colonizadores) tenían rasgos grotescos pero creíbles, como salidos de un cuadro de Frank Frazetta.
Legado y Obsesión
Aunque su etapa fue breve, Buscema dejó claro que Tarzán no era un héroe de aventuras: era un forcejeo entre civilización y instinto, dibujado con líneas que parecen arañar el papel. Hoy, sus páginas se cotizan en subastas y son objeto de culto para artistas como Joe Quesada o Andy Kubert.
Dato friki: Buscema odiaba dibujar junglas («¡Demasiadas hojas!») pero su incomodidad le dio al libro una energía única. La próxima vez que leas un cómic donde la naturaleza se siente viva, agradécele a este tipo.
(¿Quieres verlo en acción? Busca Tarzan #1 (Marvel, 1972) o el recopilatorio Tarzan: The Buscema Years. La selva te espera).
Bonus para fans: Compara una viñeta de Buscema con una de Joe Kubert (su «rival» en DC). Mismo personaje, dos bestias distintas.
… y como nota adicional, la adaptación magistral de El Regreso de Tarzán de Burroughs, donde Kubert funde pulp y cómic en un homenaje que hubiera hecho llorar al creador original.
Tras su incursión en el mundo civilizado, Tarzán—el heredero de Greystoke criado entre primates—ha regresado a su reino selvático, abrazando nuevamente su destino como Señor de la Jungla.
Pero esta Arcadia primigenia se verá amenazada cuando la codicia humana irrumpa en su paraíso: hombres sin escrúpulos que esclavizan a tribus en minas mortíferas, sectas sanguinarias que secuestran misioneros, y peligros que obligarán al hombre-mono a emplear toda su fuerza bestial en nombre de la justicia. En este torbellino de aventuras, un destello de luz emergerá entre la maleza: el reencuentro con su amor perdido, Jane Porter.
Joe Kubert continúa al frente de esta etapa legendaria, llevando el arte secuencial a cotas de puro dinamismo. Este volumen—una joya para coleccionistas—no solo ofrece las icónicas escenas de acción que definieron su estilo, sino que enriquece el mito con nuevos elementos: civilizaciones perdidas que emergen entre la espesura, mujeres tan enigmáticas como letales, y una profundidad psicológica inusual en el género.
Como tesoro adicional, incluye la adaptación de El Regreso de Tarzán, la segunda novela clásica de Edgar Rice Burroughs, donde Kubert demuestra su maestría al trasladar la prosa pulp a un lenguaje visual tan vibrante como la selva misma.
Notas: Aparte del renombrado John Buscema, otros talentosos artistas también dejaron su huella en el cómic de Tarzán. Entre ellos se encuentran nombres destacados como Hal Foster, quien dibujó la primera tira cómica de Tarzán en 1929, Rex Maxon, Burne Hogarth, Russ Manning, Gil Kane, y Gray Morrow, cada uno aportando su propio estilo e interpretación al personaje a lo largo de las décadas. Más recientemente, artistas como Mike Grell, Eric Battle y Benito Gallego también han contribuido a las aventuras del Señor de la Selva en viñetas.
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